Biografía de una mujer Veracruzana

Fragmento de la Obra de Rubí del Carmen Oseguera Rueda

Era un 27 de diciembre... las jaranas empezaban a afinarse, las mujeres se arremolinaban enfrente del templete improvisado, el cielo amenazaba con echar sus lágrimas decembrinas y no dejar hacer la fiesta: había mucha gente, de todos lados se habían arrimado. Eran las fiestas patronales, se tenía que pasar a saludar al santo y cantarle las mañanitas, había que tocar, bailar toda la noche como antes de que llegara la música de pieza y las "quebraditas", seguir con la fiesta, con el fandango...

Las mujeres tenían que desentumir las piernas, tenían que desempolvar la tarima con mudanzas ágiles, serenas, cansadas, asincopadas... había que volver a repicar el son, a improvisar, a reír y a enamorar.

Cuando uno escuchaba el cuetazo era porque estaban invitando al fandango, antes se hacía cada ocho días. Yo tenía una amiga de fandango, Juana Luna: cómo me gustaba bailar con ella los sones y nos fajábamos a bailar; cuando tú te encuentras con una persona que repica el son pues ya también tienes que responderle repicando, hay que acoplarse, porque hay gente que va en un solo golpe y no se escucha bonito, hay que repicarlo de vez en cuando. Con tu pareja de baile tienes que ayudarte para que la música no se pierda, hay que combinar los pasos para que se escuche bonito.

Para la tarde, antes de irte al fandango, vías antes de irte dónde había flores y te comprabas tus dos flores, de preferencia gardenias, presidentas, dalias o rosaconchas, a mí me gusta el residón, ésa que su flor es amarillita, me gusta porque huele muy bonito; con el residón no puedes estar escondida porque huele bastante.

También me decía mi mamá:
- Ten en cuenta dónde te pones la flor, porque si tú te pones la flor del la'o derecho de la cabeza tiene la condición de que eres casada, pero si te la pones del la'o izquierdo eres soltera.
Mi mamá, ¡Cómo me regañaba! Peleaba conmigo y me pegaba porque cuando iba haber fandango yo le decía que no me mencionara nada de comida ni de trastes, porque no quería lavarlos, no quería perder el tiempo.

Para que mi mamá me dejara ir era un triunfo, me iba yo bien recomendada, mi mamá era dura de carácter. Nunca me dejó "bailar baile", que un día me le desamarré a bailar baile, porque antes todos los sábados hacían baile en el parque, ¡y me ha dado una madriza porque vinieron mis hermanos y le dijeron que yo andaba bailando baile! ¡Pa' qué le fueron a decir! No como ahorita, que los novios ya parecen marido y mujer.

El hombre viene a dejar a la mujer cuando quiere, dis'oras de la noche; si no, ya están abrazados por ahi en la calle. Mi mamá decía que eso del baile era "calienta mujeres" porque ya van al baile y no bailan desparratados: "¡vente! les dice el hombre-, a mí me gusta bailar abrazado", ya las traen ahí pegadizas, las andan calentando nomás. Por eso a mí no me gusta ir ahora a los bailes, porque de muchacha nunca me dejaron ir, que llegan Los Siete Latinos, que Alfredo y sus Teclados, no voy, no me gusta ir, prefiero ir a un fandango; es más, a veces está la música del baile por un lado y la del fandango por el otro y yo estoy en el fandango, ni atención le pongo al baile.

Decía la difunta de mi mamá:
- Ya qué gusto puede tener el novio, qué deseo puede tener el hombre si ya la besa, ya la abraza, la apapacha, ya todo, namás falta que "la conozca".

Mudanza: Parte del baile donde los bailadores descansan haciendo pasos muy suaves, con cierta destreza.
Sones de a montón: Sones que bailan solamente las mujeres en un fandango, pueden ser dos mujeres o más, dependiendo de las costumbres del pueblo y del tamaño de la tarima.
Rosaconchas: Flora típica de la región.
Bailar baile: Bailar música tropical, bailar abrazados.
Calienta mujeres: Excitar, provocar.
La conozca: Tener relaciones sexuales.


OSEGUERA Rueda Rubí del Carmen, "Biografía de una mujer veracruzana". 1ª .Edición Premios DEMAC
Regionales 1998-México.

Transcribo este texto que obtuve de un ejemplar de una revista que edita el IMSS por que me gusta lo folclórico y porque tengo un amigo que le va a encantar. ¡Aunque seamos polos opuestos!